jueves, 7 de noviembre de 2013

INAPETENCIA EN LOS NIÑOS


Una madre joven se quejaba de que su hijo de dos años padecía de inapetencia crónica, estaba siempre cansado y desanimado, costaba mucho sacarlo de casa para dar paseos y tenía, muchas ojeras. Esto cambió de la noche a la mañana cuando, según mi consejo lo metió en un baño de cuerpo de Serpol, preparado con 50 g. de hierba. (Se deja el Serpol toda la noche a remojo en agua fría; el baño dura veinte minutos y no debe cubrir el corazón; el mismo baño se puede utilizar dos veces más, volviéndolo a mezclar con las hierbas). Aparte de los baños, el niño tomaba cada día una taza de infusión de Ortiga a sorbos espaciados. La madre me contó llena de alegría, que su hijo había cambiado completamente. El apetito iba aumentando y le gustaba mucho estar fuera e ir de paseo. Dijo que era divertido ver como el niño recordaba a su madre que no olvidara la tisana de Ortiga y solía decir »sólo un trago«.


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